Esto es lo que pasa si confundes la gasolina con el agua
No hace mucho realicé un viaje a un pueblo en las afueras de la ciudad, y pasamos la noche en las cabañas de mi tía.
Todo el lugar era hermoso con árboles y flores por doquier, y hubo una planta que llamó especialmente mi atención, ya que parecía la más triste del lugar.
El extremo de sus hojas estaban amarillentas, y lentamente caían sobre el sofá de la sala.
Mi tía me encontró mirando la planta, y al preguntarle por qué aquella se estaba secando, me dijo:
"Ya puse 3 plantas diferentes en esa maceta, y todas se secan. Hace un tiempo, cuando me acerqué para regarla, en lugar de echarle agua le eché gasolina. ¡No me di cuenta!
A partir de entonces, todas las plantas que coloco en esa maceta se secan. Eso porque cambié las plantas pero no la tierra. Es muy difícil para mí cambiar la tierra."
Jesús explicaba en la parábola del sembrador, lo importante que es tener "buena tierra" en nuestro corazón, ya que existen cosas tóxicas que pueden dañar nuestra "tierra" y no permiten que nuestra vida dé fruto.
"Las semillas que cayeron en buena tierra representan a los que oyen el mensaje de Dios y lo aceptan con una actitud obediente y sincera. Estos últimos se mantienen firmes, y sus acciones son buenas."
(Lucas 8:15 TLA)
¿Hay algo que esté dañando tu tierra?
Las heridas, rencores, enojos, decepciones, y otros, son elementos tóxicos que debemos eliminar de nuestra vida.
Cambiar la tierra de nuestro corazón no es fácil, pero Jesús promete que si tenemos un corazón sincero y obediente, nuestra vida dará fruto.
Si las hojas se están cayendo, es momento de cambiar la tierra.
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